Los ojos que usamos para ver el Yo.
"Así como existe aroma en la flor, aceite en la semilla de ajonjolí, fuego en la madera, mantequilla clarificada en la leche y azúcar en la caña de azúcar, así mismo, mediante el conocimiento, debes ver el espíritu que está dentro del cuerpo"
Como todos nosotros sabemos, el órgano para ver es el ojo; el ojo recibe los rayos reflejados por cualquier cosa que nos rodea y los concentra en su retina. Después envía las imágenes al cerebro por medio del nervio óptico.
Ciertamente, existen algunas cosas que no podemos ver con nuestros ojos. Unas son tan pequeñas que precisamos usar un microscopio para verlas. Otras están tan lejos, que necesitamos usar un telescopio. Aún más, otras cosas (como los rayos ultravioletas o infrarrojos y las ondas de televisión) son tan sutiles que sólo podemos verlas si disponemos de los instrumentos adecuados para tal fin.
Así que a pesar de nuestro limitado poder, podemos percibir de una u otra manera los elementos burdos y sutiles del mundo. estos elementos en materia sólida, líquida, energía radiante, gas, éter, mente, inteligencia y ego. Cada elemento es progresivamente más y más sutil.
El líquido es más sutil que la materia sólida, la energía radiante es más sutil que el líquido; el gas es más sutil que la energía radiante, y así sucesivamente. Ciertamente podemos ver la materia sólida, el líquido, podemos ver la energía radiante, pero no podemos ver el gas o el éter. Es más, podemos percibir el gas en los balones inflados y el éter en las transmisiones de radio y televisión. Pero no podemos ver los elementos más sutiles, la mente y la inteligencia. Sin embargo, podemos percibir los resultados de la mente en los pensamientos, y de la inteligencia en los discernimientos sagaces.
Entonces, ¿quién o qué es lo que hace que percibamos estas cosas?
Eres tú, el alma que vive dentro de tu cuerpo. Todos nosotros somos almas espirituales, más sutiles que el más sutil de los elementos materiales. Naturalmente que no podemos ver el alma con nuestros burdos ojos materiales. Pero el hecho de que no podamos verla, no significa que el alma no exista. Si alguien arguye: " Yo no puedo ver el átomo, así que por ello pienso que no existe", eso no influirá en alguien que sepa cuán pequeño es realmente el átomo. Y el alma es aún más pequeña que el átomo. Como nos lo informan las literaturas Védicas, su tamaño es la diezmilésima parte de la punta de un cabello. No importa que no podamos ver el alma, pues existe una manera de percibirla. Así como un físico percibe el átomo mediante ciertos procesos, de la misma manera podemos percibir el alma por el proceso del conocimiento trascendental.
Y, ¿qué es el conocimiento trascendental? significa comprender la diferencia entre el alma y la materia, el alma es consciente, pero la materia no. Cada uno de nosotros puede entender que "Yo soy un ser viviente consciente", ya que si cualquier parte de nuestro cuerpo fuese amputada, esa parte dejaría de ser consciente. De este modo, podemos comprender que el cuerpo en si no tiene conciencia propia, él recibe su conciencia del alma. Tampoco podemos generar conciencia al combinar elementos inconscientes. La conciencia es el síntoma del alma, y el alma es el más sutil de los elementos existentes.
El alma permanece, pero la materia cambia: "Así como en este cuerpo, el alma corporificada continuamente pasa de la niñez a la juventud y luego a la vejez, en forma similar, cuando llega la muerte, el alma pasa a otro cuerpo.
El alma autorrealizada no se confunde por tal cambio" ahora que es joven, puede recordar cuando era pequeño (a). Y cuando sea viejo (a), recordará cuando era un adulto (a). El cuerpo material está constantemente cambiando. Pero de algún modo, siempre será la misma persona, de modo que puedo ver que no es el cuerpo, sino el alma que está dentro del cuerpo. Y después de la muerte, seguramente el cuerpo cambiará, pero "el alma", permanecerá siendo la mismo, una persona que tiene el conocimiento trascendental no es confundido por esta transmigración del alma. Debido a que tiene perfecto conocimiento del ella, de la materia y de la diferencia entre ambas, él ve perfectamente.
Inclusive una persona que posea conocimiento material puede ver mejor que alguien cuyos ojos están nublados por la ignorancia. Por ejemplo, cuando un relojero mira dentro de su reloj, él puede ver qué funciona mal. Pero usted no puede verlo, debido a que no tiene ese conocimiento. Un marino mira el puerto y usted también lo hace, pero el marino sabe cómo llevar el barco a puerto seguro y usted no lo sabe. Ambos miran al puerto, pero uno tiene el conocimiento y el otro no lo tiene.
De modo que aquel que tiene el conocimiento, ese realmente puede ver. Se tiene que aprender de una persona que tiene el conocimiento si se quiere expandir la visión y ver perfectamente.
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